
Hospital Chiriquí - Panamá
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Hospital Chiriquí
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Aunque debe individualizarse el tratamiento según la localización y la evolución de la gonartrosis, existen unas medidas generales útiles para todos los casos. En primer lugar, es imprescindible, en los casos que exista una sobrecarga ponderal, la corrección de la misma; otras medidas higiénicas son: evitar la bipedestación prolongada, las largas caminatas, la sedestación mantenida con las piernas cruzadas y llevar grandes pesos; es útil la reeducación muscular para fortalecer, especialmente, el cuádriceps.
Tratamiento Farmacológico
El tratamiento farmacológico inicial que debe prescribirse en los casos de gonartrosis son los analgésicos, aunque cuando éstos fracasan se pueden administrar antiinflamatorios no esteroides de forma discontinua en los períodos críticos. Los fármacos condroprotectores por vía sistémica tienen una eficacia dudosa, si bien su inocuidad hace que, en algunos pacientes, sea importante su prescripción como soporte psicológico. Últimamente, la utilización de condroprotectores intraarticulares parece que puede enlentecer el proceso evolutivo de la gonartrosis, aunque deben realizarse más estudios al respecto. La fisioterapia antiinflamatoria puede utilizarse como coadyuvante en los períodos más dolorosos.
Tratamiento Quirúrgico
En referencia al tratamiento quirúrgico, éste se realizará cuando se hayan agotado las medidas incruentas. Para la decisión de la técnica a utilizar debemos, en primer lugar, determinar el o los compartimientos afectados, y si se trata de una gonartrosis secundaria.
La artroscopia no tiene indicación en la artrosis evolucionada; su utilidad puede encontrarse en pacientes con una gonartrosis en su fase inicial, en la que se realiza una limpieza articular, retirando los restos de detritus artrósicos y cuerpos libres, se regularizan las superficies articulares y meniscales y se realiza un mapa de las lesiones condrales, lo que permite en caso de dudas diagnósticas la realización de una biopsia sinovial.
Los pacientes con alteraciones axiales en el plano frontal (genu varo o genu valgo) que presentan únicamente sintomatología del compartimiento femorotibial que sufre la consiguiente sobrecarga mecánica, y con indemnidad del contralateral, pueden ser tributarios de una osteotomía correctora; ésta podrá ser femoral o tibial, según dónde se encuentre la desaxación (habitualmente tibial en el genu varo y femoral en el genu valgo), siendo el objetivo final obtener un eje con 3-5º de valgo y mantener la interlínea horizontal. Las osteotomías se pueden practicar de adición en el lado de la concavidad (con aporte de una cuña ósea corticosponjosa), o bien de sustracción en la zona de la convexidad (resección de la cuña ósea); la decisión dependerá de la estabilidad de la rodilla, la edad del paciente y, sobre todo, de las preferencias del cirujano. Las osteotomías se realizan habitualmente con localización metafisaria con el fin de facilitar la consolidación de la mismas; se trata de intervenciones extraarticulares a las que se puede asociar en el mismo tiempo quirúrgico una artroscopia para realizar una limpieza articular. El resultado clínico de las osteotomías es tanto mejor cuanto menor es la edad del paciente, más ajustada la corrección axial conseguida y mayor la indemnidad de los demás compartimientos


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La prótesis total de rodilla
Su objetivo es eliminar el dolor, aumentar el arco de movilidad y corregir las desviaciones axiales mediante la sustitución de ambas superficies femorotibiales, y la femoropatelar. Existen diversas posibilidades según el caso y las preferencias del cirujano: las prótesis no constreñidas, en las que se sacrifica el ligamento cruzado anterior, pero se conserva el ligamento cruzado posterior; las prótesis semiconstreñidas, en las que se eliminan ambos ligamentos cruzados, pero cuyo diseño permite aumentar la estabilidad intrínseca del dispositivo, y las constreñidas, que proporcionan una estabilidad tanto en el plano frontal como sagital, por lo que prescinde de los ligamentos cruzados y no requiere la integridad de los ligamentos colaterales. Otro tema controvertido es el sistema de fijación: con o sin ce mento acrílico (polimetilmetacrilato); el cemento permite asegurar la fijación durante los primeros años, aunque no puede asegurarla a largo plazo, siendo la sustitución de la prótesis más dificultosa en estos casos; por este motivo, se tiende a realizar la técnica cementada en pacientes de edad avanzada, y sin cementar en jóvenes con buena calidad del lecho óseo receptor. Los resultados son difíciles de comparar entre las diferentes series por sus diversos criterios de valoración; globalmente, son buenos o muy buenos en un 85% de casos.